da "El Pais" del 27.5.09
La conducta política y personal del primer ministro lastra la credibilidad italiana.
(...) Las últimas decisiones de su Gobierno revelan una escalada inquietante de esa impunidad moral. Berlusconi ha dejado a la Liga Norte agitar la propaganda y el miedo al diferente para criminalizar a los inmigrantes, que ahora duermen en Libia en vez de en Lampedusa. Además, acaba de poner el último rejón a la precaria independencia de la televisión pública al nombrar los nuevos cargos directivos, todos ellos afines o sumisos. Y ha recibido la ejemplar sentencia del caso Mills, tan razonada y demoledora que a cualquier otro dirigente le habría costado la dimisión fulminante, acusando a la justicia penal de ser "una patología del sistema". Berlusconi busca poner a los jueces a los pies de los caballos para reformar a su antojo el sistema de manera que sea casi imposible condenar a nadie en Italia por delitos de cuello blanco.
mercoledì 27 maggio 2009
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